Cláusulas y contenido indispensable en un contrato de franquicia

El contrato de franquicia implica colaboración entre empresas

Parte de la doctrina cita el contrato de franquicia entre las modalidades del contrato de distribución, junto con el de concesión o compraventa con exclusividad.  En este sentido, la Jurisprudencia del Tribunal Supremo habla del contrato de distribución de concesión, como contrato carente de regulación específica en el que dos empresarios colaboran para distribuir un producto, marca o servicio, ya sea de forma autorizada, exclusiva, mediante franquicias o utilizando elementos característicos del concesionario.

De ello se deriva que el contrato de franquicia es un contrato mercantil de colaboración entre empresas y atípico en el que predomina la autonomía de la voluntad. Su origen en el derecho norteamericano (Franchising) ha sido reconocido por la abundante jurisprudencia surgida como consecuencia de la litigiosidad que ha presentado este tipo de contrato.

¿Qué es un contrato de franquicia?

Se trata de un acuerdo de voluntades por el que el franquiciador transmite al franquiciado sus conocimientos técnicos o comerciales para la explotación de un negocio, al tiempo que se le autoriza o licencia temporal de uso de sus rótulos, marcas u otros son signos distintivos relacionados con los productos o servicios del franquiciador. Por razones de competencia el know how no pueden transmitirse por el franquiciado, sino que tienen carácter secreto. Estas obligaciones justifican un control del ejercicio de la actividad del franquiciado por parte del franquiciador.

Como contrapartida el franquiciado ha de satisfacer una compensación económica que puede consistir en un pago único o periódico.

Regulación del contrato de franquicia

La asimilación al contrato de distribución es importante, porque determina la aplicación subsidiaria de los Códigos de Comercio y Civil y por analogía la normativa sobre contrato de agencia. No obstante, en el caso del contrato de franquicia si existe alguna regulación en derecho español.

Este contrato se define en el artículo 62 de la ley del comercio minorista, como acuerdo por el que la empresa franquiciadora cede a la franquiciada el derecho a explotar su sistema privativo de comercialización. Es decir, el contrato de franquicia permite que empresarios sin experiencia se beneficien de la experiencia acumulada por otros empresarios de éxito, a cambio de una retribución. Es además, un sistema de distribución de los productos del franquiciador.

Además, la actividad comercial en régimen de franquicia se regula en el Real Decreto 201/2010 (afectado por el RD-Ley 20/2018 de medidas urgentes para el impulso de la competitividad económica en la industria y el comercio), sobre la base del Reglamento (CEE) Nº 4087/88 de la Comisión, de 30 de noviembre (art. 3).

Clausulas típicas de un contrato de franquicia

La cláusula la básica es la de concesión de franquicia, y las consiguientes cesiones de derechos, que suele incluir además todo lo relacionado con el sistema de gestión y la forma de operar de la franquicia, pudiendo también establecerse en una cláusula separada.

El contrato de franquicia, como el de distribución, suele ir ligado a una zona geográfica limitada que ha de estipularse en cláusula específica.

Como en cualquier contrato habrán de establecerse las fechas de entrada en vigor y de terminación o la duración del contrato y, en su caso, sus prórrogas.

Habrán de incluirse cláusulas que establezcan claramente las obligaciones que corresponden a cada una de las partes (desde la regulación de los cobros y pagos, compras de insumos mínimas a realizar por parte del franquiciado, la parte responsable de los impuestos, hasta el régimen de exclusividad o no, la posible ubicación del establecimiento y la normativa de apertura y funcionamiento -desde la adquisición de las licencias pertinentes, hasta los horarios o la tecnología a utilizar-) y las posibles garantías necesarias, como es el caso de la contratación de seguros.

En este tipo de contrato es muy importante la cláusula sobre publicidad, que suele ser estar a cargo del franquiciador, o bien, establecerse una forma de colaboración por ambas partes en la publicidad.

Otras cláusulas típicas son las que a describen los servicios que el franquiciador se compromete a realizar al franquiciado durante la duración del contrato, incluyendo la formación; o las relativas a la obligación de confidencialidad o secreto por parte del franquiciado del paquete de franquicia, sobre el que adquiere únicamente una licencia de carácter temporal.

Podrán establecerse también cualesquiera otras cláusulas limitativas pertinentes que afecten al contrato. Por ejemplo, el franquiciador puede establecer limitaciones a la transmisión de la franquicia o una opción de adquisición preferente en caso de que el franquiciado desee transferir el negocio.

Además, habrá de establecerse una cláusula por la que se regulen las facultades de supervisión y control por parte del franquiciador.  Un pacto de no competencia por parte del franquiciado. Y las cláusulas que regulen la terminación de la franquicia, y, que habrán de abordar desde los derechos que correspondan a cada parte en caso de terminación contractual, a las cláusulas de resolución en caso de conflicto, o las consecuencias de los incumplimientos, daños e indemnizaciones.

¿Cuánto tiempo dura un contrato de franquicia?

No existe un plazo legal fijo de duración del contrato de franquicia. Por tanto, el plazo de la franquicia será el que determinen las partes en el contrato. Es frecuente establecer prórrogas automáticas o no, tras un plazo inicial de unos 10 años.

Las prórrogas suelen estar relacionadas con la duración del plazo inicial del contrato. Por ello, es posible que no exista prórroga para contratos de franquicia de una duración de 20 o 30 años; por el contrario, si el plazo inicial es corto, por ejemplo, 5 años, hay una tendencia a establecer renovaciones automáticas.

Si no se establece un plazo de duración, suele establecerse la facultad de denuncia unilateral o desistimiento libre por cualquiera de las partes.

¿Qué son las regalías en un contrato de franquicia?

Son los pagos que se deben hacer al titular del know how y de la propiedad industrial  a cambio de su explotación temporal. En el contrato de franquicia puede establecerse a la entrada, de forma periódica o como combinación de ambas. No obstante, también puede hablarse de canon de entrada y de royalties de explotación.

En este último caso, los pagos periódicos o royalties se justifican por los costes generales y de publicidad en que ha de incurrir el franquiciador, así como los servicios de asesoramiento que está obligado a dispensar al franquiciado.

Existen varios sistemas para determinar las regalías cuando existe una contraprestación periódica, fija o variable. Pueden estipularse como porcentaje sobre las ventas, o como cantidad fija determinada.

También existen casos en que no hay pago periódico. Pero, aunque sea esta última modalidad la que parezca más óptima para el franquiciado, deben examinarse cuidadosamente las condiciones de la franquicia. Pues, en ocasiones, a pesar de no haber pagos periódicos, se establece la obligación de adquirir por parte del franquiciado insumos en volúmenes y precios que puedan comprometer la rentabilidad del negocio.

Nicolás Marchal González
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