Concepto del expediente de reducción de jornada y sus consecuencias

Solicitar la reducción de jornada laboral

El ordenamiento jurídico español es más flexible en materia laboral de lo que se suele creer. Las empresas tienen a su disposición diferentes medidas que pueden usar en caso de atravesar dificultades y que suponen una alternativa a la destrucción de empleo. Entre ellas está el expediente de reducción de jornada, que se ha hecho especialmente popular a raíz de la crisis del coronavirus.

¿Qué es un expediente de reducción de jornada?

En los últimos meses la figura del Expediente de Regulación Temporal del Empleo o ERTE se ha usado mucho. Miles de empresas y autónomos han acudido a ella para no tener que despedir a sus trabajadores.

El ERTE que más se ha llevado a cabo implica la suspensión del contrato, de modo que el empleado no tiene que prestar servicios laborales. Pero también está la variedad de reducción de jornada, en la que el contrato sigue en vigor pero el empleado ve reducida la que es su jornada habitual.

Para que el expediente de reducción de jornada se pueda llevar a cabo es necesario que concurran circunstancias económicas, técnicas, organizativas o de producción, o como ha ocurrido en las últimas semanas, causas de fuerza mayor.

La reducción debe ser de entre un 10% y un 70% de la jornada habitual en cómputo diario, semanal, mensual o anual. Debe ser además una reducción de carácter temporal y acordarse a través de un ERTE debidamente aprobado por la Autoridad Laboral.

Qué pasa si no se acepta la reducción de jornada

En condiciones normales la empresa no puede imponer a un trabajador una reducción de jornada sin el consentimiento de este, puesto que se trataría de una modificación sustancial de las condiciones de trabajo

El Estatuto de los Trabajadores señala que la reducción de jornada será siempre voluntaria para el trabajador y no se puede imponer. Pero existe una excepción, que se trate de un ERTE debidamente justificado.

¿Cuánto tiempo puede durar el expediente?

Nuestra legislación no establece ningún plazo máximo ni mínimo ni máximo de duración de un ERTE, ya implique la suspensión del contrato de trabajo o la reducción de jornada.

Se entiende que puede durar el tiempo que dure la situación que lo ha justificado. En el caso extraordinario de los ERTE acordados a raíz de la crisis del coronavirus, las medidas son algo excepcionales y en este caso pueden estar en vigor mientras el Ejecutivo así lo prevea.

Cuánto se cobra en un ERTE o un ERE por reducción de jornada

En este caso el trabajador cobra la parte de su nómina correspondiente al tiempo efectivo de trabajo y el resto lo abona el SEPE.

En condiciones normales el tiempo de prestación de desempleo que agota el trabajador que está afectado por un ERTE de reducción de jornada se va descontando del total del tiempo que tiene derecho a cobrar dicha prestación, pero en el caso de los ERTES acordados por el coronavirus esto no es así. El tiempo pasado con la jornada reducida no se descuenta del tiempo que se podrá cobrar el paro en el futuro en caso de que se produzca un despido o una extinción de contrato temporal.

¿La reducción de jornada afecta a la antigüedad?

Ni la suspensión de contrato ni la reducción de jornada de trabajo derivadas de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo afectan a la antigüedad del trabajador ni a sus cotizaciones. Tampoco afecta a su derecho a vacaciones ni a las pagas extraordinarias, que se seguirán generando en proporción al tiempo de trabajo.

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