¿Cómo elegir al mejor abogado de familia?

Abogado de familia

El abogado de familia tiene la particularidad de combinar conocimientos especializados y sensibilidad en su tarea. Esta rama del derecho tiene muchas aristas que afectan a las personas y el entorno. Lo jurídico y lo emocional son transversales y el profesional se convierte en el mejor consejero. A continuación te contamos todo lo que debes tener en cuenta a la hora de contratar un despacho de abogados de familia, pero si quieres ir a lo fácil, aquí tienes a los mejores.

¿Cuándo se necesita un abogado de familia?

Los supuestos en los que se requiere la intervención de un abogado de familia son múltiples. En algunos son casos más sencillos de resolver, en otros los procedimientos se vuelven más complejos al implicar a otras figuras como hijos, abuelos, empresas, etc. Lo importante es que en todo caso se necesita un abogado especialista en derecho de familia. Los supuestos más frecuentes son:

La especialización del abogado de familia

El Derecho es muy amplio, por lo que es imprescindible elegir un abogado especializado en la rama específica. Esta profundización en conocimientos y jurisprudencia vinculados al caso ofrece mayor seguridad.

Los mejores abogados especializados en derecho de familia conocen todas las estrategias procesales en detalle. Las formas y los plazos en cada procedimiento varían y pueden ser determinantes en una resolución. La formación precisa garantiza que no habrá errores procesales que afecten a los intereses de los clientes.

Hay litigios en los que se necesita de conocimientos en otros ámbitos como el Derecho Internacional o el mercantil, por ejemplo. La solución es elegir un abogado con especialización en diferentes materias o un despacho que garantice el trabajo integral con su equipo de abogados especializados.

Experiencia en tribunales de familia

Los litigios familiares tienen efectos que alteran la vida de las personas involucradas. Una mala decisión o una acción inexperta puede derivar en una pérdida patrimonial o de la custodia de los hijos, por ejemplo.

Al contratar un abogado de familia es necesario evaluar la experiencia que tiene en casos similares. Un letrado que conoce y está en pleno contacto con los tribunales de familia posee más posibilidades de éxito. No porque sea conocido, sino porque ya sabe cómo esos jueces interpretan las leyes.

Comunicación y confianza: pilares para elegir abogado de familia

Los clientes necesitan confiar en su abogado cuestiones de lo más íntimas que se puedan imaginar. Conocer todos los hechos y situaciones vividas en el núcleo familiar ayuda al diseño de una estrategia jurídica. Además, es la forma de comprender los verdaderos intereses de sus clientes.

Para conseguir una representación exitosa, la comunicación entre ambos, cliente y abogado, debe ser clara y verdadera. Un profesional especializado en derecho de familia propicia ese contexto de tranquilidad y diálogo franco. Invita a sus clientes a hablar con total confianza, aunque se trate de temas dolorosos o no tan gratos de revelar.

Empatía

Acompañando al marco de confianza y comunicación está la capacidad de colocarse en el lugar del otro. Una característica requerida para un abogado de familia exitoso que lo diferencia de otros especialistas.

El abogado, además de su formación académica y experiencia práctica, debe empatizar con sus clientes. Esto significa saber escuchar para comprender sus necesidades que van más allá de los tecnicismos. Además, su labor abarca no solo a su cliente propiamente dicho, sino también a los menores de edad en muchos casos.

Perspectiva realista

Desde la primera consulta y en cada una de las fases de todo procedimiento, el abogado debe ser realista. Un letrado honesto que presente a su cliente todas las posibilidades reales del caso. Esta actitud evita la generación de falsas expectativas y fortalece el vínculo.

Cuando el abogado toma conocimiento de todas las variables que intervienen, valora y plantea los objetivos. En este momento es fundamental su formación, su experiencia y su habilidad para empatizar con el cliente. Es posible que, en muchas ocasiones, su participación sea necesaria para nivelar las emociones con las estrategias procesales viables.

Habilidades de mediación del abogado de familia

En el ámbito del derecho de familia la negociación siempre está presente. Los mismos jueces son quienes sugieren que haya acuerdos entre las partes. De no haberlo, es el juez quien decide y las decisiones no siempre dejan felices a todos, e incluso puede que a ninguno.

El abogado de familia ideal posee fuertes habilidades como mediador. Además de ser la persona de confianza de su cliente, es importante que sea respetado por los demás. Lo aconsejable es elegir un abogado que tenga preferencia por resolver los casos desde la negociación. Un profesional que proponga acuerdos viables y de interés para todos.

Seguimiento personalizado del caso

El abogado de familia es un profesional comprometido con cada caso. Desde su aceptación comienza el trabajo de recopilación de información, redacción de documentos, preguntas a sus clientes. Para mantener una estrategia exitosa es fundamental mantener informado a su cliente de cada acción y nuevos pasos.

El abogado debe estar siempre dispuesto a responder todas las consultas que surjan. El contacto constante es la mejor forma de trabajar en el derecho de familia. Por otro lado, cuando se decide ir a juicio es importante la preparación conjunta de los interrogatorios. Este ejercicio le ofrece mayor seguridad al cliente y a la estrategia.

Honorarios de un abogado de familia

Los casos de familia requieren de tiempo y dedicación continua. Los honorarios se pactan de manera previa y, por lo general, son acordes a cada situación. Para evitar sorpresas, el despacho debe realizar un documento en el que se deje constancia de todo lo relativo a sus honorarios. Esta hoja de oficio es detallada y garantiza que no habrá cobros extras.

Elegir un abogado de familia no es una tarea sencilla cuando no se tiene conocimiento. Para iniciar con la búsqueda hay que:

  • Comparar.
  • Obtener referencias por los diferentes medios posibles.
  • Escuchar propuestas.
  • Analizar qué confianza le generan en una primera consulta.
  • Observar el estilo de comunicación y cuán empático resulta el abogado.
  • Dedicar unos minutos a conocer sobre la especialización y experiencia en casos similares.
  • Elegir un abogado que le garantice un acompañamiento y una estrategia realista a sus intereses.
Nicolás Marchal González

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